El consumo y nuestro vínculo con los hijos

Ahora que vienen las navidades, interesante que nos planteamos qué vínculo estamos estableciendo con nuestros hijos a través del consumo.

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Un beso.

buenisimo articulo., me ha encantado, lo he copiado y pegado en mis notas del facebook, me encantaria que todo el mundo lo leyera ¡gracias por compartirlo con nosotras!

besos.

Muy bueno y muy reflexivo, yo tambien me lo copio para compartirlo, gracias por colgarlo, pues si que me ha hecho reflexionar, a ver si a mi esposo le entra jejeje.

besitos.

Además que es muy común ver como los padres intentan entretenerlos y que "no molesten", es una lástima, con lo precioso y maravilloso que es ver a tus hijos contándote mil cosas, aunque estés haciendo o comprando lo que sea.

Nosotros que lo hacemos toooodo juntos, no me separo de ellos medio nunca, Unai en año y medio solo hemos estado el uno sin el otro una horita que su padre lo bajó un día al parque y Rubén la mayoría de las veces que ha jugado con vecinos he estado con él o cuando se lo lleva su padre al parque es uno o dos días en semana poco más de una hora, de manera que es una constante el convivir continuamente y el ir a una tienda o al banco o donde sea y que tus peques digan o pidan algo y no les digas calla que estoy ocupada, practicamente siempre se les puede atender, qué momento tan bonito en el que estás en algún lugar e interrumpes el trámite para ver la carita o escuchar la ocurrencia de tu niño y no tú sol@ sino compartiéndolo con quien estés. Igualmente lo que dice de la calle, pararse en cualquier lado, no tener prisa por llegar, si es que no se tarda realmente mucho más y como te cuenta cada detalle y tú le vas afirmando o respondiendo continuamente, yo lo disfruto sobre manera y sin tener que estar ofreciéndoles chuches ni demás. De cuando en cuando una piruleta ecológica, que raramente te piden ellos al no producir ese efecto del azúcar tan de ansia. También me ha llamado la atención lo de los salados, he alucinado viendo como a niños pequeños se les da una bolsa ya no de patatas fritas, que me parecen bastante saladas y aceitosas, sino snacks que incluso para mí son intragables.
No cuesta tanto hacerles caso, seguirles la conversación, es más, debería ser enriquecedor, proporcionar satisfacción mutua, a nosotros nos la da, ayudarles a subirse en cada bordillo, elevarles en la pescadería para que le vea los dientes a los peces y así con todo. No entiendo a quien ve la vida diaria con niños como una pesada carga con la que estar con mala cara, hay que ser amargado, puaj.

Y por otro lado, como puede leerse, esta forma de satisfacer las "interrupciones" que no son agradables a quien no quiere dedicar y disfrutar tiempo con los niños, no deja de tener consecuencias y necesariamente cuando sean adultos necesitarán de equivalentes, he ahí muchas formas de consumo, vicios, adicciones,etc, etc.

Gracias por acercarnos el artículo Rocío

Besitos

Cuanta razón!!!! La sociedad nos envuelve con este tipo de comportamiento de "desviar" las necesidades reales hacia el mundo material y de la posesión de mil cosas que realmente no necesitamos. Así hacemos lo mismo con nuestros hijos... Así nos va la historia, claro... Estamos criando una sociedad de niños que no saben manejar sus emociones ni cómo son siquiera porque las hemos ido tapando con cosas que nada tenían que ver con lo que el niño quería expresar...