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LIMITES "ADMISIBLES" DE MERCURIO
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LIMITES "ADMISIBLES" DE MERCURIO
Límites "admisibles" de mercurio
Diversos Organismos Científicos nacionales (Instituto Nacional de Seguridad e Higiene
en el Trabajo, INSHT) e internacionales [Agency for Toxic Substances and Disease
Registry —Agencia para las Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades—
, ATSDR; la European Agency for Safety and Health at Work —Agencia Europea para
la Seguridad y la Salud en el Trabajo—, OSHA; la Environmental Protection Agency
—Agencia de Protección Medioambiental—, EPA; el Instituto Nacional para la
Seguridad y Salud Ocupacional, NIOSH —el equivalente estadounidense al INSHT
español—; la Organización Mundial de la Salud, OMS; el United Nations Environment
Programme (UNEP) o Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), etc.] establecen como LÍMITES "ADMISIBLES" DE HG (en personas
que, por su trabajo, no están en contacto con Hg o derivados) los inferiores a 10 mcg/L
y 20 mcg/L en sangre y orina, respectivamente. En personas expuestas al Hg (mineros,
trabajadores de empresas que fabrican/manipulan cloro, sosa, lámparas fluorescentes,
baterías, etc.), el Hg sanguíneo al final del último turno de trabajo de la semana
(normalmente el viernes por la tarde) puede llegar a 15 mcg/L (y seguir siendo éste un
nivel admisible). La máxima concentración de Hg, en orina de 24 horas, admitida para
los trabajadores expuestos a este metal tóxico es de 35 mcg/g de creatinina. La
concentración máxima permisible de Hg ambiental en los lugares de trabajo es de 25
mcg/m3 (0,025 mg/m3). Se considera aceptable una concentración en el agua de 0,001
mg/L y una ingesta semanal tolerable de 5 mcg/Kg de Hg total y 3,3 mcg/Kg de
metilmercurio[1].
Niveles normales de Hg en sangre en personas que no trabajan con Hg suelen ser
inferiores a 5 mcg/L y, si bien niveles de Hg en orina superiores a 10 mcg/L no
necesariamente han de resultar en problemas de salud, se sabe que "Las concentraciones
de mercurio en la orina sobre 10 microgramos por litro podrían indicar que una persona
habría estado expuesta a niveles de mercurio más altos que la población media". Véase
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] target="_blank" rel="nofollow">http://0-www.atsdr.cdc.gov.pugwash.lib.warwick.ac.uk/es/toxfaqs/es_mercmetal5.html.
Niveles de Hg en sangre y orina superiores a los rangos establecidos de normalidad no
necesariamente implican problemas de salud, pues eso depende de las características de
cada individuo. Téngase, no obstante, siempre presente que, tal y como se dice
en [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] target="_blank" rel="nofollow">http://0-www.atsdr.cdc.gov.pugwash.lib.warwick.ac.uk/es/alerts/es_970626.html:
Aún a niveles bajos, el mercurio metálico puede causar problemas de salud. La
exposición al mercurio metálico puede causar daño antes de que se
presenten síntomas (...) Cantidades pequeñas de mercurio metálico (algunas
gotas) pueden levantar concentraciones en el aire a niveles que pueden
perjudicar la salud (...) Una vez que se presenten los síntomas, problemas de
salud relacionados con el envenenamiento del mercurio metálico pueden incluir
temblor, cambios en la visión y audición, insomnio, debilidad, dificultad con la
memoria, dolor de cabeza, irritabilidad, timidez y nerviosismo, y una condición
de salud llamada acrodinia. Las mujeres embarazadas y sus fetos son
especialmente vulnerables a los efectos tóxicos del mercurio metálico porque
éste pasa fácilmente de la placenta al feto. El mercurio se puede acumular en
concentraciones más altas en el bebé venidero que en la madre. Los niños
jóvenes, que juegan a menudo en el suelo donde mercurio metálico fue
derramado, corren riesgos de efectos al sistema nervioso central. Los vapores
de mercurio son absorbidos fácilmente en la circulación sanguínea de los
pulmones y el sistema nervioso central humano, que aún se desarrolla durante
los primeros años de vida, también puede dañarse. Efectos a la salud pueden
resultar de la exposición a corto o a largo plazo. El cuerpo se deshace del
mercurio mediante la orina y las heces fecales. La eliminación de esta
sustancia del cuerpo puede tomar hasta varios meses después de la
exposición. Acrodinia es caracterizada por picor, hinchazón, rubor; palmas de
las manos y plantas de los pies roseadas; transpiración excesiva; sarpullido;
irritabilidad; preocupación; somnolencia; insomnio; dolor en las coyunturas y
debilidad. Niños expuestos al mercurio metálico por períodos largos pueden
tener problemas de aprendizaje en la escuela. Cuando los niveles de mercurio
en el cuerpo son extremadamente altos, la terapia de “quelación” es necesaria.
ACLARACIÓN MUY IMPORTANTE: Los niveles de Hg en el cuerpo (excepto
en el cerebro, para lo que se precisa hacer una biopsia al cadáver), únicamente
se aprecian realmente (incluso no con total, pero sí con bastante exactitud), al
realizar una “prueba de provocación” de la excreción del Hg (que nunca daría
por encima de los niveles reales de Hg acumulado; en todo caso, por debajo).
Esta “prueba de provocación” suele conocérsela con el nombre de "Prueba de
la Hidrargiria Provocada" o "Challenge Test" y, hoy en día, suele hacerse (por
un doctor quelador experimentado) utilizando DMPS o CaEDTA (es decir,
EDTA cálcico) intravenoso (pues la utilización de quelantes orales, esto es,
productos que ayudan a la desintoxicación, se ha demostrado menos eficaz en
la provocación de la salida urinaria del tóxico, para, luego, comparar la
excreción urinaria antes y después de la aplicación intravenosa del quelante).
Nótese que la cantidad REAL de Hg acumulado en distintos órganos
(sobre todo el que se acumula en el cerebro), a nivel intestinal, tejido
adiposo, etc. (el que verdaderamente interesa de cara a la evaluación del
problema mercurial del paciente; excepto en los casos de intoxicaciones
agudas, en las cuales es obvia la intoxicación, y ni se precisan, ni son
convenientes —EN LAS INTOXICACIONES AGUDAS SON PELIGROSAS—
las “pruebas de provocación”) NO lo miden al 100% (no tienen dicha
capacidad) las analíticas de Hg en sangre, ni en orina, ni en pelo, ni en
uñas, ni en saliva, ni en heces (aunque pueden, en los casos en los que ya
dé positivo el/los tóxico/s en alguno de estos sustratos, servir como
indicadores, para luego realizar al paciente una exploración y pruebas más
amplias y específicas). Más aún, la semivida del Hg en sangre (también en
orina) es limitada, particularmente al cesar o disminuir la fuente de exposición
al tóxico, lo cual, ERRÓNEAMENTE, puede interpretarse como que no existe
un problema mercurial. (Ver información general del Hg). En este sentido,
resulta muy esclarecedor lo que dicen V. Foà y G. Bertelli en las conclusiones
de su amplio trabajo titulado "Indicadores biológicos para la valoración de la
exposición humana a compuestos químicos industriales. Mercurio" y
publicado en 1993 por la Consellería de Sanitat i Consum de la Generalitat
Valenciana (España), e inicialmente publicado en 1984 por la Oficina de
Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europea (Luxemburgo)
(http://publicaciones.san.gva.es/publicaciones/documentos/V.4006-1993.PDF):
Los niveles de HgU [mercurio urinario] se utilizan como indicador de la
exposición después de un período de latencia entre 6 meses y un año desde el
comienzo de la exposición. Después de cesar la exposición los niveles de HgU
disminuyen progresivamente, sin embargo, en el cerebro (órgano crítico)
permanecen elevados durante un período largo de tiempo (años). (p. 39)
De otra parte, si el individuo es alérgico o hipersensible al Hg o cualquier otro
metal/tóxico (u otro componente de la amalgama), cantidades ínfimas (es decir,
muy por debajo de los niveles considerados peligrosos —aunque ya la OMS ha
advertido que, en cuanto a los tóxicos xenobióticos, como el Hg, ya no existe
un umbral de seguridad) también pueden provocarle problemas de salud. Por
tanto, un individuo puede tener niveles altos, muy altos o extremadamente
altos de Hg acumulado (sobre todo cuando su sistema excretor está
funcionando mal o muy mal) que pueden llegar a pasar desapercibidos si no se
hace una BUENA EXPLORACIÓN y, como suele ocurrir, se realizan
únicamente (cuando se realizan...), en calidad de “pruebas específicas de una
posible intoxicación”, las analíticas de metales pesados (Hg, etc.) u otros
tóxicos, en sangre y/o orina.
Los mismos V. Foà y G. Bertelli señalan, en el trabajo antedicho
(http://publicaciones.san.gva.es/publicaciones/documentos/V.4006-1993.PDF),
casos poco habituales (3 trabajadores) de excreción sudorípara del Hg. Esto
quizás debiera llevarnos a reflexionar una vez más, pues si a esos trabajadores
sólo se les hubiese medido el Hg urinario, se podría concluir erróneamente que
no tenían niveles elevados de Hg, por lo que se atribuirían sus posibles
problemas de salud a otras causas o se concluiría que sus problemas eran
psiquiátricos (o idiopáticos --que no se sabe la causa--, en el mejor de los
casos). Por otra parte, este hecho también nos debe inducir a calibrar muy bien
las diferencias individuales a la hora de diagnosticar y tratar cualquier
patología:
También una proporción moderada de mercurio se elimina por la sudoración.
Aunque esta vía de eliminación no ha sido objeto de mucho estudio, debe
observarse que en 3 trabajadores en una planta de cloroálcali (Lovejoy et al.,
1973) las concentraciones de mercurio encontradas en el sudor fueron del 50%
al 200% más elevadas que las de la orina. Este hecho es importante si se
considera que las temperaturas elevadas (con el consiguiente exceso de
sudoración) son frecuentes en las plantas de cloroálcali, situación que no se da
en los trabajos al aire libre. (p. 26-27)
_____________________________________________________________
[1] El metilmercurio es 50 veces más tóxico que el Hg metálico (esto es, el Hg de las
amalgamas dentales, termómetros, barómetros, esfigmomanómetros, etc.), pero no
olvidemos que la flora bucal e intestinal transforma una parte del Hg metálico en
metilmercurio.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Diversos Organismos Científicos nacionales (Instituto Nacional de Seguridad e Higiene
en el Trabajo, INSHT) e internacionales [Agency for Toxic Substances and Disease
Registry —Agencia para las Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades—
, ATSDR; la European Agency for Safety and Health at Work —Agencia Europea para
la Seguridad y la Salud en el Trabajo—, OSHA; la Environmental Protection Agency
—Agencia de Protección Medioambiental—, EPA; el Instituto Nacional para la
Seguridad y Salud Ocupacional, NIOSH —el equivalente estadounidense al INSHT
español—; la Organización Mundial de la Salud, OMS; el United Nations Environment
Programme (UNEP) o Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), etc.] establecen como LÍMITES "ADMISIBLES" DE HG (en personas
que, por su trabajo, no están en contacto con Hg o derivados) los inferiores a 10 mcg/L
y 20 mcg/L en sangre y orina, respectivamente. En personas expuestas al Hg (mineros,
trabajadores de empresas que fabrican/manipulan cloro, sosa, lámparas fluorescentes,
baterías, etc.), el Hg sanguíneo al final del último turno de trabajo de la semana
(normalmente el viernes por la tarde) puede llegar a 15 mcg/L (y seguir siendo éste un
nivel admisible). La máxima concentración de Hg, en orina de 24 horas, admitida para
los trabajadores expuestos a este metal tóxico es de 35 mcg/g de creatinina. La
concentración máxima permisible de Hg ambiental en los lugares de trabajo es de 25
mcg/m3 (0,025 mg/m3). Se considera aceptable una concentración en el agua de 0,001
mg/L y una ingesta semanal tolerable de 5 mcg/Kg de Hg total y 3,3 mcg/Kg de
metilmercurio[1].
Niveles normales de Hg en sangre en personas que no trabajan con Hg suelen ser
inferiores a 5 mcg/L y, si bien niveles de Hg en orina superiores a 10 mcg/L no
necesariamente han de resultar en problemas de salud, se sabe que "Las concentraciones
de mercurio en la orina sobre 10 microgramos por litro podrían indicar que una persona
habría estado expuesta a niveles de mercurio más altos que la población media". Véase
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] target="_blank" rel="nofollow">http://0-www.atsdr.cdc.gov.pugwash.lib.warwick.ac.uk/es/toxfaqs/es_mercmetal5.html.
Niveles de Hg en sangre y orina superiores a los rangos establecidos de normalidad no
necesariamente implican problemas de salud, pues eso depende de las características de
cada individuo. Téngase, no obstante, siempre presente que, tal y como se dice
en [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] target="_blank" rel="nofollow">http://0-www.atsdr.cdc.gov.pugwash.lib.warwick.ac.uk/es/alerts/es_970626.html:
Aún a niveles bajos, el mercurio metálico puede causar problemas de salud. La
exposición al mercurio metálico puede causar daño antes de que se
presenten síntomas (...) Cantidades pequeñas de mercurio metálico (algunas
gotas) pueden levantar concentraciones en el aire a niveles que pueden
perjudicar la salud (...) Una vez que se presenten los síntomas, problemas de
salud relacionados con el envenenamiento del mercurio metálico pueden incluir
temblor, cambios en la visión y audición, insomnio, debilidad, dificultad con la
memoria, dolor de cabeza, irritabilidad, timidez y nerviosismo, y una condición
de salud llamada acrodinia. Las mujeres embarazadas y sus fetos son
especialmente vulnerables a los efectos tóxicos del mercurio metálico porque
éste pasa fácilmente de la placenta al feto. El mercurio se puede acumular en
concentraciones más altas en el bebé venidero que en la madre. Los niños
jóvenes, que juegan a menudo en el suelo donde mercurio metálico fue
derramado, corren riesgos de efectos al sistema nervioso central. Los vapores
de mercurio son absorbidos fácilmente en la circulación sanguínea de los
pulmones y el sistema nervioso central humano, que aún se desarrolla durante
los primeros años de vida, también puede dañarse. Efectos a la salud pueden
resultar de la exposición a corto o a largo plazo. El cuerpo se deshace del
mercurio mediante la orina y las heces fecales. La eliminación de esta
sustancia del cuerpo puede tomar hasta varios meses después de la
exposición. Acrodinia es caracterizada por picor, hinchazón, rubor; palmas de
las manos y plantas de los pies roseadas; transpiración excesiva; sarpullido;
irritabilidad; preocupación; somnolencia; insomnio; dolor en las coyunturas y
debilidad. Niños expuestos al mercurio metálico por períodos largos pueden
tener problemas de aprendizaje en la escuela. Cuando los niveles de mercurio
en el cuerpo son extremadamente altos, la terapia de “quelación” es necesaria.
ACLARACIÓN MUY IMPORTANTE: Los niveles de Hg en el cuerpo (excepto
en el cerebro, para lo que se precisa hacer una biopsia al cadáver), únicamente
se aprecian realmente (incluso no con total, pero sí con bastante exactitud), al
realizar una “prueba de provocación” de la excreción del Hg (que nunca daría
por encima de los niveles reales de Hg acumulado; en todo caso, por debajo).
Esta “prueba de provocación” suele conocérsela con el nombre de "Prueba de
la Hidrargiria Provocada" o "Challenge Test" y, hoy en día, suele hacerse (por
un doctor quelador experimentado) utilizando DMPS o CaEDTA (es decir,
EDTA cálcico) intravenoso (pues la utilización de quelantes orales, esto es,
productos que ayudan a la desintoxicación, se ha demostrado menos eficaz en
la provocación de la salida urinaria del tóxico, para, luego, comparar la
excreción urinaria antes y después de la aplicación intravenosa del quelante).
Nótese que la cantidad REAL de Hg acumulado en distintos órganos
(sobre todo el que se acumula en el cerebro), a nivel intestinal, tejido
adiposo, etc. (el que verdaderamente interesa de cara a la evaluación del
problema mercurial del paciente; excepto en los casos de intoxicaciones
agudas, en las cuales es obvia la intoxicación, y ni se precisan, ni son
convenientes —EN LAS INTOXICACIONES AGUDAS SON PELIGROSAS—
las “pruebas de provocación”) NO lo miden al 100% (no tienen dicha
capacidad) las analíticas de Hg en sangre, ni en orina, ni en pelo, ni en
uñas, ni en saliva, ni en heces (aunque pueden, en los casos en los que ya
dé positivo el/los tóxico/s en alguno de estos sustratos, servir como
indicadores, para luego realizar al paciente una exploración y pruebas más
amplias y específicas). Más aún, la semivida del Hg en sangre (también en
orina) es limitada, particularmente al cesar o disminuir la fuente de exposición
al tóxico, lo cual, ERRÓNEAMENTE, puede interpretarse como que no existe
un problema mercurial. (Ver información general del Hg). En este sentido,
resulta muy esclarecedor lo que dicen V. Foà y G. Bertelli en las conclusiones
de su amplio trabajo titulado "Indicadores biológicos para la valoración de la
exposición humana a compuestos químicos industriales. Mercurio" y
publicado en 1993 por la Consellería de Sanitat i Consum de la Generalitat
Valenciana (España), e inicialmente publicado en 1984 por la Oficina de
Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europea (Luxemburgo)
(http://publicaciones.san.gva.es/publicaciones/documentos/V.4006-1993.PDF):
Los niveles de HgU [mercurio urinario] se utilizan como indicador de la
exposición después de un período de latencia entre 6 meses y un año desde el
comienzo de la exposición. Después de cesar la exposición los niveles de HgU
disminuyen progresivamente, sin embargo, en el cerebro (órgano crítico)
permanecen elevados durante un período largo de tiempo (años). (p. 39)
De otra parte, si el individuo es alérgico o hipersensible al Hg o cualquier otro
metal/tóxico (u otro componente de la amalgama), cantidades ínfimas (es decir,
muy por debajo de los niveles considerados peligrosos —aunque ya la OMS ha
advertido que, en cuanto a los tóxicos xenobióticos, como el Hg, ya no existe
un umbral de seguridad) también pueden provocarle problemas de salud. Por
tanto, un individuo puede tener niveles altos, muy altos o extremadamente
altos de Hg acumulado (sobre todo cuando su sistema excretor está
funcionando mal o muy mal) que pueden llegar a pasar desapercibidos si no se
hace una BUENA EXPLORACIÓN y, como suele ocurrir, se realizan
únicamente (cuando se realizan...), en calidad de “pruebas específicas de una
posible intoxicación”, las analíticas de metales pesados (Hg, etc.) u otros
tóxicos, en sangre y/o orina.
Los mismos V. Foà y G. Bertelli señalan, en el trabajo antedicho
(http://publicaciones.san.gva.es/publicaciones/documentos/V.4006-1993.PDF),
casos poco habituales (3 trabajadores) de excreción sudorípara del Hg. Esto
quizás debiera llevarnos a reflexionar una vez más, pues si a esos trabajadores
sólo se les hubiese medido el Hg urinario, se podría concluir erróneamente que
no tenían niveles elevados de Hg, por lo que se atribuirían sus posibles
problemas de salud a otras causas o se concluiría que sus problemas eran
psiquiátricos (o idiopáticos --que no se sabe la causa--, en el mejor de los
casos). Por otra parte, este hecho también nos debe inducir a calibrar muy bien
las diferencias individuales a la hora de diagnosticar y tratar cualquier
patología:
También una proporción moderada de mercurio se elimina por la sudoración.
Aunque esta vía de eliminación no ha sido objeto de mucho estudio, debe
observarse que en 3 trabajadores en una planta de cloroálcali (Lovejoy et al.,
1973) las concentraciones de mercurio encontradas en el sudor fueron del 50%
al 200% más elevadas que las de la orina. Este hecho es importante si se
considera que las temperaturas elevadas (con el consiguiente exceso de
sudoración) son frecuentes en las plantas de cloroálcali, situación que no se da
en los trabajos al aire libre. (p. 26-27)
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[1] El metilmercurio es 50 veces más tóxico que el Hg metálico (esto es, el Hg de las
amalgamas dentales, termómetros, barómetros, esfigmomanómetros, etc.), pero no
olvidemos que la flora bucal e intestinal transforma una parte del Hg metálico en
metilmercurio.
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Invitado- Invitado
Re: LIMITES "ADMISIBLES" DE MERCURIO
Gracias Ana por la info.
Raquel- Cantidad de envíos : 2894
Edad : 43
Localización : Granada
Fecha de inscripción : 07/10/2009
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