Las pataletas...

Por suerte Rubén de pataletas poco, contadas y cuando han ocurrido te pones a pensar y ha habido muuuchos motivos para ella. Son un desahogo a lo que se va acumulando, que suelen ser negativas a que no haga cosas y por el estilo. Yo siempre muuuucho diálogo, bueno, más bien es monólogo, yo le digo y le digo, le razono el porqué, le digo que me pongo en su lugar y que le entiendo que se haya puesto así porque está cansadito y no le hemos dejado hacer, etc., y el "sí mama" cuando se han dado me dice "perdón mama" pobrecito mío. Tengo que reconocer que yo soy de hablar mucho y en tono alto y hay veces que voceo sin darme cuenta, pero pido perdón, se puede decir que le he pedido yo más veces perdón que él a mí y es que los adultos tenemos que ponernos en su lugar, pedirles perdón cuando no les comprendemos y que sepan como nos sentimos también para que ellos se puedan poner en nuestro lugar. Y os aseguro que ellos se ponen mejor en nuestro lugar que nosotros.
Cuando la pataleta es de aupa, de esas que contais que se tiran al suelo, habremos vivido 3 o 4 en casi 2 años y no queda otra que callar para no gritar, cogerlo para que no se lastime y desplegar toda la fuerza que se pueda para sujetarlo mientras le dices que grite para que no se sienta que no libere, por suerte tengo bastante fuerza y he sido la que me he encargado de hacerme con la situación pues Jesús incapaz, incluso con barrigón de últimas, pero los brazos estos que gasto son los que no me han fallado y eso decirle que grite y todo el tiempo que le quiero, que mamá le quiere mucho y cuando sueltan todo, son mansitos en tus brazos, te dicen que te quieren que perdón, tú no les reprochas nada, les acompañas y si es en la calle que te importe un bledo lo que piensen los demás, por mucho que piensen que le dejas hacer. Intentar que sea en un lugar con menos gente posible. En fin, que sobre todo para que no se desencadene la pataleta y el cirio padre es preveerlo, ofrecer alternativas, cambiar de tema y distraer su atención a otra cosa, pues ahora son pequeños y es fácil.

Bueno, esta es mi experiencia y paciencia, que no lo hacen por gusto y todo tiene su porqué.

Besitos

Ana, ya sé que tienen sus motivos, eso está claro... Pero es cierto que a veces se pueden hacer las cosas y otra no. Nosotros también le hablamos mucho sin descanso, con muuuuucho amor y claro que lo ideal es la prevención, pero hay situaciones que son insalvables. Por ejemplo, una vez en La Violeta, el centro del que te hablaba en el otro foro, teníamos una sesión con las educadoras de 1 h aproximadamente y en ella Alvaro pudo jugar libremente hasta que llegó el final de la sesión y nos tuvimos que ir. Pues no había manera de que soltara los juguetes del centro y una de las chicas le dijo: "Alvaro, cariño, a veces podemos jugar mucho tiempo y otras menos", que es justo el mensaje que queremos que le llegue cuando no queda más remedio que cambiar de rollo La verdad es que después de que suelta todo el mal rollo, se queda en tus brazos y es lo que mejor va, estar a su lado todo el rato y acompañarle. Yo creo además que es muy importante la posibilidad de poder mantener una conversación con él sin necesidad de adivinar qué significa "coco" o "caca" en cada contexto o situación

Y es que hay veces que además de paciencia hay que echarle mucha imaginación, yo intento buscar alternativas y como les conoces le ofreces algo que les gusta y ya cuando no se puede, pues a sobrellevarlo los dos como podamos, en fin, forma parte de la vida lo uno y lo otro, si lo importante es que él sabe que le quieres y que aunque algunas veces tiene que ser lo que dice mama pues luego se les pasa y ya está y los abrazos y que sabe que estás ahí es lo que importa y ellos comprenden a veces mejor que lo que lo hacemos los adultos.

Besines