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El parto como acontecimiento sexual
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El parto como acontecimiento sexual
Reducir el nacimiento a un suceso médico ha hecho perder de vista la realidad de que el parto es un acontecimiento de la esfera sexual. Orgasmo y reflejo de eyección materno-fetal son dos reacciones espontáneas similares. Ambas se producen gracias a un estado emocional y hormonal parecido, de auténtica "rendición", dirigido y premiado por las mismas sustancias: oxitocina y endorfinas. Y todo el mundo sabe que no se puede controlar, dirigir, forzar, ni siquiera observar indiscretamente un episodio de la vida sexual sin inhibirlo. Parir un hijo es un acto de amor, consecuencia de un acto de amor anterior. Ambos acontecimientos son muy dependientes del entorno en que se producen y del estado emocional de los protagonistas. El ambiente y circunstancias idóneas para uno son las mismas que para el otro.
Leilah McCracken, madre de siete hijos y autora de Resexualizing birth lo resume de esta forma:
Si durante el acto sexual alguien pincha repetidamente a una mujer, mira fijamente su rostro y su cuerpo y la insta impacientemente a que tenga un orgasmo, seguro que no lo tendrá. Lo más probable es que se cierre y se sienta desolada e incompetente. Si una mujer no se siente lo suficientemente segura físicamente para dar a luz, si la observan y la tocan continuamente, si ve mesas llenas de tijeras, agujas y fórceps, si se le dice que no puede tener un parto sin intervenciones dolorosas y peligrosas, no hay manera de que dé a luz; está más allá de su control consciente. Sabe que el ambiente en el que está no es seguro para parir: no puede dejar que su bebé salga si ella está estresada o herida para cuidarlo, si ve "el carrito de torturas" esperándolo.
En su libro Parirás con placer, Marcelo Barberá habla de una realidad olvidada u ocultada, y es el hecho de que para las mujeres el parto no es solamente un momento de dolor. También es una experiencia intensa, única, placentera.
La maternidad de Pithiviers fue el primer hospital francés de la Seguridad Social en transformar su servicio de atención al parto en una clínica de parto fisiológico. Eso ocurrió durante los años setenta, gracias al espíritu abierto del doctor Michel Odent y del equipo de comadronas del hospital, que poco a poco fueron desaprendiendo muchas de las cosas que habían estudiado en la universidad y devolviendo su poder a las mujeres. En su libro Nacimiento renacido, el doctor Odent cuenta cómo se fue produciendo ese proceso de desmontaje, y una de las conclusiones a las que llegaron las propias comadronas fue que la duración del parto solía ser directamente proporcional al nº e personas asistentes: cuantas más personas, más largo.
En el mismo sentido, el doctor Paciornik, de Brasil, relata en su libro Parto en cuclillas la visita de un equipo de obstetras a su clínica para conocer el método en directo. Cinco mujeres estaban de parto en ese momento. Tras largas horas de espera, sin ningún resultado, los visitantes decidieron marcharse al hotel a descansar. En un cuarto de hora, nacieron tres bebés y los otros dos antes de un hora. Como dice Michel Odent: "Cada vez es más evidente que no puede controlarse, observarse un episodio de la vida sin perturbarlo". Y el parto es un acontecimiento de la vida sexual.
En general, la presencia de un hombre en la sala de partos inhibe más que la de una mujer. La asistencia por una mujer de más edad y experiencia, madre a su vez, es la que más reconfortante y positiva resulta, si su propio nacimiento y la forma en que ella misma ha tenido a sus hijos han sido experiencias positivas. En una reciente conferencia en Madrid, Michel Odent habló de una maternidad en Rusia con un 8% de cesáreas, una cifra realmente baja. Para él la clave de ese hospital es que había muchas comadronas, y las ginecólogas parecían benevolentes "abuelas".
Pero esa es la teoría. En la práctica, la "feminidad" o "masculinidad" de los asistentes probablemente tenga más que ver con sus cualidades y actitudes personales que con su sexo real. Hay mujeres que encuentran la actitud de determinadas matronas y ginecologas mucho más fría y dura que la de muchos ginecólogos o matrones.
Además del género o el talante del asistente, tiene una especial importancia su actitud ante el parto. Un profesional que permanezca tranquilo y confiado durante el mismo transmite esa confianza a la mujer. Si la vivencia del parto despierta en él aprensión, tensión y miedo, si no puede evitar incrementar él mismo su secreción de adrenalina, será inevitable que contagie su estado de ánimo a la parturienta. La adrenalina, como la risa, es contagiosa.
Leilah McCracken, madre de siete hijos y autora de Resexualizing birth lo resume de esta forma:
Si durante el acto sexual alguien pincha repetidamente a una mujer, mira fijamente su rostro y su cuerpo y la insta impacientemente a que tenga un orgasmo, seguro que no lo tendrá. Lo más probable es que se cierre y se sienta desolada e incompetente. Si una mujer no se siente lo suficientemente segura físicamente para dar a luz, si la observan y la tocan continuamente, si ve mesas llenas de tijeras, agujas y fórceps, si se le dice que no puede tener un parto sin intervenciones dolorosas y peligrosas, no hay manera de que dé a luz; está más allá de su control consciente. Sabe que el ambiente en el que está no es seguro para parir: no puede dejar que su bebé salga si ella está estresada o herida para cuidarlo, si ve "el carrito de torturas" esperándolo.
En su libro Parirás con placer, Marcelo Barberá habla de una realidad olvidada u ocultada, y es el hecho de que para las mujeres el parto no es solamente un momento de dolor. También es una experiencia intensa, única, placentera.
La maternidad de Pithiviers fue el primer hospital francés de la Seguridad Social en transformar su servicio de atención al parto en una clínica de parto fisiológico. Eso ocurrió durante los años setenta, gracias al espíritu abierto del doctor Michel Odent y del equipo de comadronas del hospital, que poco a poco fueron desaprendiendo muchas de las cosas que habían estudiado en la universidad y devolviendo su poder a las mujeres. En su libro Nacimiento renacido, el doctor Odent cuenta cómo se fue produciendo ese proceso de desmontaje, y una de las conclusiones a las que llegaron las propias comadronas fue que la duración del parto solía ser directamente proporcional al nº e personas asistentes: cuantas más personas, más largo.
En el mismo sentido, el doctor Paciornik, de Brasil, relata en su libro Parto en cuclillas la visita de un equipo de obstetras a su clínica para conocer el método en directo. Cinco mujeres estaban de parto en ese momento. Tras largas horas de espera, sin ningún resultado, los visitantes decidieron marcharse al hotel a descansar. En un cuarto de hora, nacieron tres bebés y los otros dos antes de un hora. Como dice Michel Odent: "Cada vez es más evidente que no puede controlarse, observarse un episodio de la vida sin perturbarlo". Y el parto es un acontecimiento de la vida sexual.
En general, la presencia de un hombre en la sala de partos inhibe más que la de una mujer. La asistencia por una mujer de más edad y experiencia, madre a su vez, es la que más reconfortante y positiva resulta, si su propio nacimiento y la forma en que ella misma ha tenido a sus hijos han sido experiencias positivas. En una reciente conferencia en Madrid, Michel Odent habló de una maternidad en Rusia con un 8% de cesáreas, una cifra realmente baja. Para él la clave de ese hospital es que había muchas comadronas, y las ginecólogas parecían benevolentes "abuelas".
Pero esa es la teoría. En la práctica, la "feminidad" o "masculinidad" de los asistentes probablemente tenga más que ver con sus cualidades y actitudes personales que con su sexo real. Hay mujeres que encuentran la actitud de determinadas matronas y ginecologas mucho más fría y dura que la de muchos ginecólogos o matrones.
Además del género o el talante del asistente, tiene una especial importancia su actitud ante el parto. Un profesional que permanezca tranquilo y confiado durante el mismo transmite esa confianza a la mujer. Si la vivencia del parto despierta en él aprensión, tensión y miedo, si no puede evitar incrementar él mismo su secreción de adrenalina, será inevitable que contagie su estado de ánimo a la parturienta. La adrenalina, como la risa, es contagiosa.
Invitado- Invitado
Re: El parto como acontecimiento sexual
Estoy sobre todo de acuerdo con que la situacion no depende dl sexo de la comadrona o ginecologo, sino de la persona como sea.Yo pari a Ainhoa con unas matronas muy agradables ya Unai con un matron y la verdad es que personalmente prefieron un matron o ginecologo( a priori) que una matrona o ginecologa, aunqeu tambien las hay estupendas, pero si me dan a elegir prefiero un hgombre por mis experiencias previas.
Y lo que si es cierto es qu cuanta mas gente haya oservando mas complicado resulta concentrarse,pero tembien es verdad que llega un momento en que desaparece toda la gente tu alrededor y solo existes tu y tu hijo naciendo en ese momento.
Gracias por tu informacion.
Y lo que si es cierto es qu cuanta mas gente haya oservando mas complicado resulta concentrarse,pero tembien es verdad que llega un momento en que desaparece toda la gente tu alrededor y solo existes tu y tu hijo naciendo en ese momento.
Gracias por tu informacion.
Delta- Cantidad de envíos : 1502
Edad : 54
Localización : Valladolid
Fecha de inscripción : 02/11/2008
Re: El parto como acontecimiento sexual
Estoy de acuerdo con Carmen, depende mucho de como sea la persona que te atiende y como lo vivamos cada una de nosotras; como he comentado yo me senti sola al principio, luego cuando ya llego jose, aunque no estaba nadie con nosotros me sentia realmente bien ya que lo unico que me preocupaba creo que era el estar sola por si se me presentaba algun problema. No me importaba si me atendia un hombre o no, aunque despues de la pedazo de episotomia que me hizo, creo que para el proximo preferiria una mujer y que hubiera pasado por un parto, porque seguro que me trataría con más delicadeza.......
A la hora del expulsivo vi que entraban como tres o cuatro personas y se sentaban a mirar........estaba tan agotada que ni animo tuve de decirles nada,solo los mire una vez y luego como si no estuvieran, ya podian haber sido 100 los que entraban.....yo estaba a lo mio y lo demas me daba igual.
A la hora del expulsivo vi que entraban como tres o cuatro personas y se sentaban a mirar........estaba tan agotada que ni animo tuve de decirles nada,solo los mire una vez y luego como si no estuvieran, ya podian haber sido 100 los que entraban.....yo estaba a lo mio y lo demas me daba igual.
ceciliavg- Cantidad de envíos : 1360
Edad : 51
Localización : LA LAGUNA-TENERIFE
Fecha de inscripción : 20/12/2008
Re: El parto como acontecimiento sexual
Gracias por la info Ana y coincido con las chicas en que no importa quien te atienda sinó como lo haga.
Yo por suerte parí con poca gente a mi alrededor y la verdad que como comentais llegó un momento en que me olvidé de ellos y solo vi a mi niña...
Un abrazo
Yo por suerte parí con poca gente a mi alrededor y la verdad que como comentais llegó un momento en que me olvidé de ellos y solo vi a mi niña...
Un abrazo
Re: El parto como acontecimiento sexual
En el parto de Rubén además de Anabel y la doula también estaba Juanjo, un comadrón y fué muy agradable, después de parir tuve un ratito con él a solas en el que hablamos de la vivencia y tengo muy buen recuerdo, además que fué el que trajo la silla de partos, donde finalmente me senté a traer a Rubén a este mundo; era una silla estupenda, de madera, qué recuerdo! Además en los 2 partos estuvo mi Jesús y nunca hubiera prescindido de él, para mí ha sido vital. También fué de gran ayuda y acompañamiento para Jesús y como todos fueron estupendos, no podría hacer distinción de sexo.
Y como comentais, aunque sé que es muy importante la intimidad y para mí ha sido básica, llega un momento en el que estás tan a tope y metida en tí misma, que es cierto que no ves nada ni le das importancia a la desnudez ni a la grabación, ni a nada, lo único que te importa eres tú y tu bebé.
Y como comentais, aunque sé que es muy importante la intimidad y para mí ha sido básica, llega un momento en el que estás tan a tope y metida en tí misma, que es cierto que no ves nada ni le das importancia a la desnudez ni a la grabación, ni a nada, lo único que te importa eres tú y tu bebé.
Invitado- Invitado
Re: El parto como acontecimiento sexual
que envidia(sana eh?).
ceciliavg- Cantidad de envíos : 1360
Edad : 51
Localización : LA LAGUNA-TENERIFE
Fecha de inscripción : 20/12/2008
Re: El parto como acontecimiento sexual
Estoy de acuerdo con ustedes chicas en que la situacion no depende del sexo del gine o comadrana, sino de la calidad de la atencion, y que al momento del alumbramiento se te olvida la desnudes y cuantas personas hallan a tu alrededos, por suerte a mi solo me atentio un gine y una ginecologa que estaba viendo, porque yo soy algo penoso, pero te consentras en ti y en tu hijo que te olvidas de los demas.
Rosa- Cantidad de envíos : 1446
Edad : 41
Fecha de inscripción : 04/02/2009
Re: El parto como acontecimiento sexual
me ha encantado el texto, es similar a uno que tengo fotocopiado que esta bastante viejo y se lee fatal, a ver si lo fotocopio de nuevo para no perderlo...jeje. mi texto se llama EL PARTO NATURAL.
yo es lo que voy a tener en mente, (ya que voy a parir en un hospital universitario en el cual seguro que hay universitarios,jeje como cuando me operaron de apendicitis que vaya desfile de jovenes) que me dará igual quién esté allí, y cómo me atiendan, voy a intentar hacer lo que pueda yo, intentar no pensar en ellos ni que me sienta mal por parir en una situación así de rara y extraña, en hospital con gente que no conozco y con material médico por ahí... espero poder pasar de todo (entre comillas) y dejarme llevar por mis contracciones que son las que saben lo que hay que hacer.
por eso espero que por lo menos, no sea prematuro y pueda estar en el hospital el mínimo de días.
yo es lo que voy a tener en mente, (ya que voy a parir en un hospital universitario en el cual seguro que hay universitarios,jeje como cuando me operaron de apendicitis que vaya desfile de jovenes) que me dará igual quién esté allí, y cómo me atiendan, voy a intentar hacer lo que pueda yo, intentar no pensar en ellos ni que me sienta mal por parir en una situación así de rara y extraña, en hospital con gente que no conozco y con material médico por ahí... espero poder pasar de todo (entre comillas) y dejarme llevar por mis contracciones que son las que saben lo que hay que hacer.
por eso espero que por lo menos, no sea prematuro y pueda estar en el hospital el mínimo de días.
Invitado- Invitado
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