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El nacimiento en la era del plástico
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El nacimiento en la era del plástico
“El nacimiento en la era del plástico”, nuevo libro de Michel Odent
octubre 21, 2011 por elblogdesina
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La revolución del plástico ha comportado efectos espectaculares en las unidades de maternidad.
Hoy, al imaginar a una mujer de parto, es normal visualizarla con el brazo conectado a una bolsa de plástico a través de un tubo y con un catéter introducido en el espacio epidural.
La perfusión de oxitocina sintética es la intervención obstétrica más frecuente en los cinco continentes.
Planteémonos las preguntas apropiadas:
¿Por qué las mujeres modernas necesitan sustitutivos de esta hormona natural liberada por la hipófisis posterior?
¿Puede deberse esta necesidad a que su sistema oxitócico se encuentra alterado?
¿Por qué sigue siendo un tema inexplorado los problemas que surgen de la posible transferencia de la oxitocina a través de la placenta?
¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la oxitocina sintética en los niños?
¿Por qué las disfunciones genitales son cada vez más comunes, y por qué las estadísticas de lactancia no mejoran a pesar de las intensas campañas de salud pública?
¿Deberíamos proclamar el fin del parto inducido?
¿Cuáles serán los efectos de un sistema oxitócico progresivamente debilitado?
¿Nos encontramos en los albores de un nuevo paradigma?
Capítulo 1: La historia de la medicina a la luz de la historia del plástico
Sucedió un martes, día uno de noviembre de 1949. En la mañana de mi primer día como estudiante de medicina, entré por primera vez en la unidad de cirugía del Hospital Couchin, en París.
A los médicos de otras generaciones tal vez les pueda sorprender el hecho de que nos tuviéramos que enfrentar de forma tan brusca al mundo real incluso antes de aprender la teoría en los libros de anatomía, fisiología y patología.
Me acuerdo perfectamente de cómo eran las inmensas salas comunes llenas de camas a mediados del siglo veinte. Durante los seis meses que pasé en esa unidad de cirugía, jamás vi a ningún enfermo con el brazo conectado mediante un tubo a una botella de perfusión.
Empecé a familiarizarme con las perfusiones intravenosas a lo largo de los primeros meses de 1952, en el Hospital de Laennec, en una unidad médica especializada en el tratamiento de tuberculosis. Entonces existían dos medicamentos recientemente descubiertos que se solían administrar conjuntamente: la estreptomicina y el PAS (ácido p-amino salicílico).
El PAS se administraba por vía intravenosa desde una botella de cristal conectada mediante un tubo de caucho a una aguja de acero reutilizable.
Posteriormente, durante el invierno de 1953 a 1954, no vi a ninguna mujer de parto recibiendo tratamiento intravenoso durante los seis meses en los que estuve realizando tareas de «rotatorio» (un estudiante de medicina con responsabilidades clínicas menores) en la unidad de maternidad del Hospital Boucicaut.
La primera razón, obviamente, es que la oxitocina sintética todavía no existía: fue precisamente en 1953 cuando Vincent du Vigneaud estableció la fórmula química que hizo posible su síntesis.
Otra razón era que el nacimiento no estaba todavía altamente medicalizado: una unidad de maternidad, incluso en hospitales de vanguardia como el de París, no era precisamente el lugar adecuado para empezar a detectar los primeros signos de la revolución del plástico, aunque ése fuera precisamente el momento en que los químicos descubrían cada semana nuevos polímeros, los ingenieros estaban constantemente mejorando el equipamiento médico y se demostró que la esterilización por óxido de etileno (EtO) era eficaz y no alteraba la calidad del plástico.
Fue solamente durante la segunda mitad de los años 50, finalizada ya mi formación como cirujano, cuando empecé a darme cuenta de la importancia del plástico en la medicina moderna.
Participé en una nueva fase de la revolución del plástico durante mi servicio militar en el ejército francés, que tuvo lugar en la época de la Guerra de Independencia de Argelia, en 1958-1959.
La historia de la cirugía de emergencia siempre evoluciona de forma espectacular durante los conflictos bélicos. En esa época, todos los tubos eran ya de plástico; se utilizaban de forma generalizada tubos de polietileno.
Me familiaricé con la técnica de la denudación venosa como procedimiento de emergencia para realizar transfusiones de sangre masivas y rápidas: a través de una incisión de un centímetro a la altura del tobillo, exponíamos quirúrgicamente la vena safena y posteriormente le insertábamos un tubo de polietileno, todo ello bajo visión ocular directa.
La historia de la medicina durante los últimos cincuenta años no puede disociarse de la historia del uso de los materiales plásticos. Los instrumentos médicos desechables se empezaron a desarrollar de forma gradual después de 1960.
Alrededor de 1970 comenzaron a usarse las bolsas de plástico, que reducían casi por completo el riesgo de embolia gaseosa. Los nuevos plásticos, cada vez menos traumáticos para las venas, reemplazaron al cloruro de polivinilo (PVC).
La revolución del teflón sucedió también alrededor de 1970, y fue seguida a continuación por la revolución del poliuretano de los años 80.
Las perfusiones intravenosas se convirtieron en algo tan habitual en los hospitales modernos que paulatinamente pasaron a realizarlas las enfermeras y comadronas, cuando en un principio se consideraban un acto médico.
Debido a la evolución del uso de los plásticos, la relación entre médicos, enfermeras y comadronas entró en una nueva fase. Los especialistas contaron a partir de entonces con un nuevo ámbito de actuación: la introducción de tubos de plástico en cualquier vaso, órgano y en partes del cuerpo que, hasta una época reciente, únicamente eran accesibles por vía quirúrgica directa.
La era de la cirugía endoscópica incluye la «cirugía endoscópica de los orificios naturales». ¿Quién habría imaginado hace algunas décadas que hoy se podría extirpar la vesícula biliar a través de la vagina sin tener que hacer ningún corte en la piel?
En la era del plástico, el bisturí ya no es el símbolo principal de la cirugía. Los avances en cirugía no pueden disociarse de los avances en anestesiología. Los anestesistas eran tradicionalmente expertos en la administración de medicamentos por inhalación. Después de este giro en la historia de la medicina, se convirtieron en expertos en el uso de las rutas intravenosa y epidural: ¡qué gran mutación!
Podríamos establecer un catálogo de las numerosas especialidades médicas que fueron radicalmente transformadas por la evolución del plástico.
Pero el desarrollo de los plásticos no sólo transformó numerosas disciplinas médicas, sino que hizo posible, además, la aparición de nuevas especialidades, como la neonatología.
A mitad del siglo xx, sólo ocasionalmente se pedía a los pediatras que se ocuparan de los recién nacidos. Hoy, los neonatólogos forman parte de los servicios de obstetricia y se han multiplicado los servicios de cuidados intensivos para recién nacidos.
En este tipo de servicios, la mayoría de los bebés se encuentran en incubadoras de plástico, con catéteres de plástico introducidos en los principales ejes venosos y en los orificios naturales. De hecho, el mismo concepto de cuidados intensivos es consecuencia de la utilización de materiales plásticos.
La revolución del plástico ha comportado efectos espectaculares en las unidades de maternidad. De hecho, fue el prerrequisito para la medicalización estandarizada actual del parto.
Hoy, al imaginar a una mujer de parto, es normal visualizarla con el brazo conectado a una bolsa de plástico a través de un tubo y con un catéter introducido en el espacio epidural. Los médicos de mi generación se dan cuenta rápidamente de que ésta es una situación nueva. Cuando nos encontramos delante de una situación sin precedentes, es prioritario plantear las preguntas apropiadas.
ÍNDICE
Capítulo 1: La historia de la medicina a la luz de la historia del plástico
Capítulo 2: Una intervención médica cotidiana aunque desconocida
- Preguntas previas
- ¿Puede la oxitocina sintética atravesar la placenta?
Capítulo 3: El nacimiento: estadísticas inadecuadas
- Hacia nuevas clasificaciones
- Nuevos criterios para evaluar las prácticas obstétricas
- ¿Podemos medir la seguridad de la cesárea?
- Combinando el conocimiento intuitivo con el conocimiento científico
Capítulo 4: Una herramienta para el futuro
- Historia de un concepto
- Expresión génica e Investigación en Salud Primal
- Ampliando nuestros horizontes
Capítulo 5: La oxitocina de nuestras bisnietas
- Para quienes se interesan por el futuro de la humanidad: una pregunta inevitable
- Respuestas preliminares
- Preguntas sin responder
Capítulo 6: ¿Qué es lo que hace que una sustancia sea tóxica?
- Antes de la era del plástico
- En la era del plástico
- Un punto de inflexión en la historia de la toxicología
Capítulo 7: Si yo fuera el bebé…
- En la era del empirismo
- Apoyándonos en datos científicos
- ¿Deberíamos proclamar el fin del parto inducido?
Capítulo 8: Una nota optimista
- La huella cultural
- El descubrimiento
- Implicaciones inmediatas y lecciones a largo plazo
Capítulo 9: Prometedoras vías de investigación
- Un concepto fisiológico útil
- Un concepto complementario productivo
- El contagio emocional
Capítulo 10: La oxitocina: una hormona tímida
- Algunas analogías útiles
- Cómo hemos olvidado progresivamente la timidez de la oxitocina
- La masculinización del entorno del nacimiento
- Reforzando el condicionamiento cultural
- El pico más alto posible de la hormona tímida
- ¿Y si…?
Capítulo 11: Aprendiendo del nacimiento en casa
- Un estudio que sienta cátedra
- Visión de conjunto de los obstáculos a superar
- El fenómeno ‘doula’
- La participación del padre del bebé en el parto
- Más allá del nacimiento
- ¿Por qué tanto interés por el nacimiento en casa?
Capítulo 12: Estrategias de futuro
Capítulo 13: Interpretando el dolor del parto
- Un cambio de paradigma
- Mientras tanto…
- La reflexoterapia lumbar
- Las piscinas para partos
Capítulo 14: El futuro de la ayuda farmacológica en el nacimiento
- Aprendiendo de la observación clínica
- Aprendiendo del boca a boca
- Todos los medicamentos tienen efectos secundarios
Capítulo 15: La industrialización del embarazo en la era del plástico barato
- ¿Existen embarazadas «normales»?
- ¿Por qué mantener el estilo predominante de las consultas prenatales?
- Un cambio de paradigma
- Del conocimiento a la toma de consciencia
Capítulo 16: Concretando objetivos
Capítulo 17: El precio del nacimiento en la era del plástico
- ¿En qué consiste el ‘Earth Overshoot Day’?
- Dos posibles escenarios
- Flirteando con la utopía
Epílogo
- El nacimiento en el país de la Utopía: enero de 2032
Referencia: 9788493840853
204 páginas.
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Michel Odent se graduó como cirujano en 1950. Es bien conocido como obstetra por haber introducido en un hospital público francés los partos en agua y también salas de parto en las que las parejas pueden sentirse como en casa.
Es el fundador del Centro de Investigaciones Primarias de la Salud en Londres, cuyo objetivo es estudiar la correlación entre lo que ocurre durante el período primario y la salud y comportamiento posterior en la vida. Sus valiosos aportes a la humanización se han publicado en sus 10 libros publicados en 19 idiomas.
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octubre 21, 2011 por elblogdesina
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La revolución del plástico ha comportado efectos espectaculares en las unidades de maternidad.
Hoy, al imaginar a una mujer de parto, es normal visualizarla con el brazo conectado a una bolsa de plástico a través de un tubo y con un catéter introducido en el espacio epidural.
La perfusión de oxitocina sintética es la intervención obstétrica más frecuente en los cinco continentes.
Planteémonos las preguntas apropiadas:
¿Por qué las mujeres modernas necesitan sustitutivos de esta hormona natural liberada por la hipófisis posterior?
¿Puede deberse esta necesidad a que su sistema oxitócico se encuentra alterado?
¿Por qué sigue siendo un tema inexplorado los problemas que surgen de la posible transferencia de la oxitocina a través de la placenta?
¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la oxitocina sintética en los niños?
¿Por qué las disfunciones genitales son cada vez más comunes, y por qué las estadísticas de lactancia no mejoran a pesar de las intensas campañas de salud pública?
¿Deberíamos proclamar el fin del parto inducido?
¿Cuáles serán los efectos de un sistema oxitócico progresivamente debilitado?
¿Nos encontramos en los albores de un nuevo paradigma?
Capítulo 1: La historia de la medicina a la luz de la historia del plástico
Sucedió un martes, día uno de noviembre de 1949. En la mañana de mi primer día como estudiante de medicina, entré por primera vez en la unidad de cirugía del Hospital Couchin, en París.
A los médicos de otras generaciones tal vez les pueda sorprender el hecho de que nos tuviéramos que enfrentar de forma tan brusca al mundo real incluso antes de aprender la teoría en los libros de anatomía, fisiología y patología.
Me acuerdo perfectamente de cómo eran las inmensas salas comunes llenas de camas a mediados del siglo veinte. Durante los seis meses que pasé en esa unidad de cirugía, jamás vi a ningún enfermo con el brazo conectado mediante un tubo a una botella de perfusión.
Empecé a familiarizarme con las perfusiones intravenosas a lo largo de los primeros meses de 1952, en el Hospital de Laennec, en una unidad médica especializada en el tratamiento de tuberculosis. Entonces existían dos medicamentos recientemente descubiertos que se solían administrar conjuntamente: la estreptomicina y el PAS (ácido p-amino salicílico).
El PAS se administraba por vía intravenosa desde una botella de cristal conectada mediante un tubo de caucho a una aguja de acero reutilizable.
Posteriormente, durante el invierno de 1953 a 1954, no vi a ninguna mujer de parto recibiendo tratamiento intravenoso durante los seis meses en los que estuve realizando tareas de «rotatorio» (un estudiante de medicina con responsabilidades clínicas menores) en la unidad de maternidad del Hospital Boucicaut.
La primera razón, obviamente, es que la oxitocina sintética todavía no existía: fue precisamente en 1953 cuando Vincent du Vigneaud estableció la fórmula química que hizo posible su síntesis.
Otra razón era que el nacimiento no estaba todavía altamente medicalizado: una unidad de maternidad, incluso en hospitales de vanguardia como el de París, no era precisamente el lugar adecuado para empezar a detectar los primeros signos de la revolución del plástico, aunque ése fuera precisamente el momento en que los químicos descubrían cada semana nuevos polímeros, los ingenieros estaban constantemente mejorando el equipamiento médico y se demostró que la esterilización por óxido de etileno (EtO) era eficaz y no alteraba la calidad del plástico.
Fue solamente durante la segunda mitad de los años 50, finalizada ya mi formación como cirujano, cuando empecé a darme cuenta de la importancia del plástico en la medicina moderna.
Participé en una nueva fase de la revolución del plástico durante mi servicio militar en el ejército francés, que tuvo lugar en la época de la Guerra de Independencia de Argelia, en 1958-1959.
La historia de la cirugía de emergencia siempre evoluciona de forma espectacular durante los conflictos bélicos. En esa época, todos los tubos eran ya de plástico; se utilizaban de forma generalizada tubos de polietileno.
Me familiaricé con la técnica de la denudación venosa como procedimiento de emergencia para realizar transfusiones de sangre masivas y rápidas: a través de una incisión de un centímetro a la altura del tobillo, exponíamos quirúrgicamente la vena safena y posteriormente le insertábamos un tubo de polietileno, todo ello bajo visión ocular directa.
La historia de la medicina durante los últimos cincuenta años no puede disociarse de la historia del uso de los materiales plásticos. Los instrumentos médicos desechables se empezaron a desarrollar de forma gradual después de 1960.
Alrededor de 1970 comenzaron a usarse las bolsas de plástico, que reducían casi por completo el riesgo de embolia gaseosa. Los nuevos plásticos, cada vez menos traumáticos para las venas, reemplazaron al cloruro de polivinilo (PVC).
La revolución del teflón sucedió también alrededor de 1970, y fue seguida a continuación por la revolución del poliuretano de los años 80.
Las perfusiones intravenosas se convirtieron en algo tan habitual en los hospitales modernos que paulatinamente pasaron a realizarlas las enfermeras y comadronas, cuando en un principio se consideraban un acto médico.
Debido a la evolución del uso de los plásticos, la relación entre médicos, enfermeras y comadronas entró en una nueva fase. Los especialistas contaron a partir de entonces con un nuevo ámbito de actuación: la introducción de tubos de plástico en cualquier vaso, órgano y en partes del cuerpo que, hasta una época reciente, únicamente eran accesibles por vía quirúrgica directa.
La era de la cirugía endoscópica incluye la «cirugía endoscópica de los orificios naturales». ¿Quién habría imaginado hace algunas décadas que hoy se podría extirpar la vesícula biliar a través de la vagina sin tener que hacer ningún corte en la piel?
En la era del plástico, el bisturí ya no es el símbolo principal de la cirugía. Los avances en cirugía no pueden disociarse de los avances en anestesiología. Los anestesistas eran tradicionalmente expertos en la administración de medicamentos por inhalación. Después de este giro en la historia de la medicina, se convirtieron en expertos en el uso de las rutas intravenosa y epidural: ¡qué gran mutación!
Podríamos establecer un catálogo de las numerosas especialidades médicas que fueron radicalmente transformadas por la evolución del plástico.
Pero el desarrollo de los plásticos no sólo transformó numerosas disciplinas médicas, sino que hizo posible, además, la aparición de nuevas especialidades, como la neonatología.
A mitad del siglo xx, sólo ocasionalmente se pedía a los pediatras que se ocuparan de los recién nacidos. Hoy, los neonatólogos forman parte de los servicios de obstetricia y se han multiplicado los servicios de cuidados intensivos para recién nacidos.
En este tipo de servicios, la mayoría de los bebés se encuentran en incubadoras de plástico, con catéteres de plástico introducidos en los principales ejes venosos y en los orificios naturales. De hecho, el mismo concepto de cuidados intensivos es consecuencia de la utilización de materiales plásticos.
La revolución del plástico ha comportado efectos espectaculares en las unidades de maternidad. De hecho, fue el prerrequisito para la medicalización estandarizada actual del parto.
Hoy, al imaginar a una mujer de parto, es normal visualizarla con el brazo conectado a una bolsa de plástico a través de un tubo y con un catéter introducido en el espacio epidural. Los médicos de mi generación se dan cuenta rápidamente de que ésta es una situación nueva. Cuando nos encontramos delante de una situación sin precedentes, es prioritario plantear las preguntas apropiadas.
ÍNDICE
Capítulo 1: La historia de la medicina a la luz de la historia del plástico
Capítulo 2: Una intervención médica cotidiana aunque desconocida
- Preguntas previas
- ¿Puede la oxitocina sintética atravesar la placenta?
Capítulo 3: El nacimiento: estadísticas inadecuadas
- Hacia nuevas clasificaciones
- Nuevos criterios para evaluar las prácticas obstétricas
- ¿Podemos medir la seguridad de la cesárea?
- Combinando el conocimiento intuitivo con el conocimiento científico
Capítulo 4: Una herramienta para el futuro
- Historia de un concepto
- Expresión génica e Investigación en Salud Primal
- Ampliando nuestros horizontes
Capítulo 5: La oxitocina de nuestras bisnietas
- Para quienes se interesan por el futuro de la humanidad: una pregunta inevitable
- Respuestas preliminares
- Preguntas sin responder
Capítulo 6: ¿Qué es lo que hace que una sustancia sea tóxica?
- Antes de la era del plástico
- En la era del plástico
- Un punto de inflexión en la historia de la toxicología
Capítulo 7: Si yo fuera el bebé…
- En la era del empirismo
- Apoyándonos en datos científicos
- ¿Deberíamos proclamar el fin del parto inducido?
Capítulo 8: Una nota optimista
- La huella cultural
- El descubrimiento
- Implicaciones inmediatas y lecciones a largo plazo
Capítulo 9: Prometedoras vías de investigación
- Un concepto fisiológico útil
- Un concepto complementario productivo
- El contagio emocional
Capítulo 10: La oxitocina: una hormona tímida
- Algunas analogías útiles
- Cómo hemos olvidado progresivamente la timidez de la oxitocina
- La masculinización del entorno del nacimiento
- Reforzando el condicionamiento cultural
- El pico más alto posible de la hormona tímida
- ¿Y si…?
Capítulo 11: Aprendiendo del nacimiento en casa
- Un estudio que sienta cátedra
- Visión de conjunto de los obstáculos a superar
- El fenómeno ‘doula’
- La participación del padre del bebé en el parto
- Más allá del nacimiento
- ¿Por qué tanto interés por el nacimiento en casa?
Capítulo 12: Estrategias de futuro
Capítulo 13: Interpretando el dolor del parto
- Un cambio de paradigma
- Mientras tanto…
- La reflexoterapia lumbar
- Las piscinas para partos
Capítulo 14: El futuro de la ayuda farmacológica en el nacimiento
- Aprendiendo de la observación clínica
- Aprendiendo del boca a boca
- Todos los medicamentos tienen efectos secundarios
Capítulo 15: La industrialización del embarazo en la era del plástico barato
- ¿Existen embarazadas «normales»?
- ¿Por qué mantener el estilo predominante de las consultas prenatales?
- Un cambio de paradigma
- Del conocimiento a la toma de consciencia
Capítulo 16: Concretando objetivos
Capítulo 17: El precio del nacimiento en la era del plástico
- ¿En qué consiste el ‘Earth Overshoot Day’?
- Dos posibles escenarios
- Flirteando con la utopía
Epílogo
- El nacimiento en el país de la Utopía: enero de 2032
Referencia: 9788493840853
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Michel Odent se graduó como cirujano en 1950. Es bien conocido como obstetra por haber introducido en un hospital público francés los partos en agua y también salas de parto en las que las parejas pueden sentirse como en casa.
Es el fundador del Centro de Investigaciones Primarias de la Salud en Londres, cuyo objetivo es estudiar la correlación entre lo que ocurre durante el período primario y la salud y comportamiento posterior en la vida. Sus valiosos aportes a la humanización se han publicado en sus 10 libros publicados en 19 idiomas.
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Maribel- Cantidad de envíos : 1352
Fecha de inscripción : 16/06/2010
Re: El nacimiento en la era del plástico
Gracias Maribel, me encanta Michel Odent
lizan- Cantidad de envíos : 1174
Fecha de inscripción : 18/10/2010
Re: El nacimiento en la era del plástico
Gracias! Hombre sabio donde los haya
Dsi- Cantidad de envíos : 1851
Edad : 44
Localización : Barcelona
Fecha de inscripción : 25/05/2011
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