La geobiologia y la red Hartmam

La geobiología o cosmogeobilogía, es una ciencia muy amplia, basada en la observación e investigación de fenómenos en que vivimos inmersos, que estudia las influencias de las energías cósmicas y terrestres sobre la vida o , mejor dicho, sobre cada ser vivo en concreto. Los seres vivos reaccionan en medida distinta ante un mismo estimulo, dependiendo de su particular idiosincrasia y circunstancias al igual que ocurre con otras ciencias como la medicina ( diferentes pacientes responden de forma distinta frente al mismo tratamiento).

Los primeros estudios experimentales con grupos de población datan de 1929 y la conclusiones de los mismos fueron que existen zonas geopatógenas, es decir que determinadas localizaciones son nocivas dependiendo de las corrientes de aguas subterráneas, la contaminación eléctrica o la ionización del aire.

Gracias a los actuales avances tecnológicos que nos proporcionan mejor instrumental para realizar ciertas mediciones cada día se hacen descubrimientos que consolidan los fundamentos de la geobiología.

En 1932 mediante meticulosas mediciones se demostró concluyentemente que el potencial eléctrico del aire y su ionización resultan alterados en la vertical de las corrientes de aguas subterráneas. En ese mismo año un estudio con más de 25.000 ratones de laboratorio, se comprobó que los situados en zonas neutras tenían por termino medio el triple de crías que los colocados en zonas patógenas, y que estos últimos presentaban síntomas de irritabilidad, agresividad, tendencia a devorar a sus propias crías, así como caída de pelo y desarrollo de tumores.

La idea de la existencia de zonas patógenas en la tierra es muy antigua, aunque en muchos casos se ha tenido que esperar muchos siglos hasta que la ciencia estuviera en condiciones de poder determinar las causas de su nocividad.

En 1937 el doctor Peyré, afirmo la existencia de una red de radiaciones cosmotelúricas, orientadas en direcciones norte /sur y este /oeste, a intervalos de 7 a 8 metros. Las líneas de esa red o malla geomagnética son en realidad bandas ( "líneas Hartman") , varían según la constitución del suelo, al tiempo que la densidad y nocividad de las líneas aumentan en presencia de fallas geológicas, venas de agua o líneas de alta tensión. Gracias a estas investigaciones podemos actuar en beneficio de la salud, ya sea neutralizando sus efectos nocivos o, simplemente, apartándonos de ellas.

Al doctor Ernest Hartmam debemos el que la geobiología haya podido obtener carta de naturaleza como ciencia. Su meticuloso trabajo concluyó determinando, en base a numerosos experimentos y pruebas científicas, la existencia de una red energética que cubre la superficie de la tierra; y en segundo lugar, demostrando hasta que punto la salud física y psíquica del hombre ( y del resto de los seres vivos) depende del lugar preciso donde vive, duerme o trabaja.

El concepto de una red energética lo encontramos repetidamente en la naturaleza, desde en procesos como los de cristalización de minerales hasta, y mucho más aún, en los seres vivos.

Exponemos un sencillo y conocido experimento; sobre un papel recio, pero no muy grueso, se deposita una pequeña cantidad de limaduras de hierro, moviéndolo lateralmente para que las limaduras se extiendan y formen como una fina capa.

Luego, por debajo del papel, se sitúa en el centro un imán, y al punto las limaduras crean sobre el papel el sorprendente dibujo de unas líneas ( líneas de fuerza), que nos ilustran acerca de la forma de actuación de las fuerzas magnéticas.

Como es sabido nuestro planeta se comporta como un gigantesco imán, cuyos polos coinciden solo aproximadamente con los polos geográficos y, además, cambian de posición e incluso de polaridad. El campo magnético de la tierra es relativamente débil. Podemos concebir la superficie de la tierra como ese gran papel, y entonces no nos resultara tan extraño imaginarla recorrida por líneas de fuerza.

Pero la gran aportación de los geobiólogos contemporáneos, empezando por Hartman, ha sido estudiarlos a pequeña escala, con instrumental muy sensible y, sobre todo, analizar se repercusión sobre los seres vivos.

Podríamos concebir las líneas Hartman como paredes de energía emanado del subsuelo o de la superficie terrestre, hallamos esta red en todas partes: a nivel del suelo, en el interior y en el exterior de una vivienda, en un primer piso como en un séptimo. Su intensidad y densidad son muy variables.

La energía emanada de estas líneas es variable según las horas del día y los cambios atmosféricos, su armonía o distorsiones nos muestran el equilibrio o desequilibrio de un lugar o sus alteraciones en un determinado momento. Cuando una persona atraviesa una línea Hartman, se modifica se resistencia eléctrica, aunque se trata de una variación mínima que, por consiguiente, tampoco puede ser causa de efectos de consideración. Los seres vivos estamos adaptados a ellas y las toleramos bien. Una persona débil o hipersensible, tal vez pudiera sentir en algún trastorno.

Las variaciones son ya más importantes cuando uno se sitúa sobre un punto de cruce de las líneas Hartman, en cuya vertical las alteraciones son mucho mayores puesto que la superposición de líneas multiplica los efectos perturbadores. La permanencia prolongada sobre un cruce H es causa de trastornos de todo tipo descubrimos estos cruces como responsables de la mayoría de problema y enfermedades padecidas, sobre todo si, para colmo, se superponen a otras perturbaciones geológicas.

En los cruces de una red H situados sobre una zona geopatógena, debida por ejemplo al paso de una corriente de agua subterránea, y mucho más aún si se cruzan dos venas, se observan alteraciones en la emisión de radiación gamma e infrarroja; las radiaciones de alta frecuencia se vuelven muy agresivas para los seres vivos y las perturbaciones metereológicas dan lugar a grandes variaciones de las constantes vitales del individuo, lo que provoca excitación e irritación continua de sus células nerviosas.

La zona que queda libre en el interior de los rectángulos determinados por las líneas H recibe el nombre de zona neutra.

En su interior podemos decir que nos hallamos en un microclima particularmente benéfico, donde podemos recuperar las energías perdidas y conciliar un sueño reparador.


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es un tema que me parece muy interesante, gracias por acercarnos el articulo

Gracias por acercarnos este tema Maribel, lo tenía fresco de ayer cuando puse el enlace al post de energías telúricas al hilo del electromagnetismo que nos recordaba Marco en el post de "sanidad desaconseja el consumo de..."
¿Lo leíste o es casualidad?

Besitos

Pues fue un poco de todo.
Lei estos articulos que os he pasado y pense en ponerlos en el foro, pero luego se me paso. Y al leer vuestros comentarios me volvi a acordar.
Es que todo esta relacionado.

supongo que seran las mismas lineas de cruce que las que usaban aqui los celtas para poner sus menhires. Todavia no logro entender como podian transportarlas y sobre todo conocer los puntos exactos donde debian ponerlas

Es que hay tantas cosas que todavia no sabemos sobre culturas antiguas... Conocimientos que se perdieron (o que se hicieron perder) o que no hemos estudiado a fondo.
Muy interesante lo que comentas de los celtas, Isa. A ver si podemos averiguar mas.

En el libro del huerto de mariano bueno viene como con alambre comprobar los cruces hartman y demas... interesantisimo!! ademas los gatos y perros son buenos indicadores, los gatos se tumban encima de donde ninguno mas nos tumbariamos, encima de un cruce hartman!! estos gatos!!

yoli, pero a veces son puntos buenos. Para mi la duda viene en como saber si esos cruces de energia son positivos o negativos. Yo no se lo que tenia la casa de alquiler pero he vivido fatal durante un ano. Menos mal que en mi casa nueva parece que nos sentimos bien todos

Pueden haber influído más cosas ¿no Isa? no solo una cuestión geológica, que no quita que varios porqués aumenten más el no sentirse bien.
¿Qué me decís sobre los iones negativos y positivos? abrí un post el año que me gustó al respecto:
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Ahora que citas a Mariano Bueno Yoli, leí un artículo suyo sobre geobiología:
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Desde entonces le doy mucha importancia al sueño, dormimos con la cabeza hacia el norte y lo más a oscuras posible. Y hace ya tiempo que intento hablar siempre por el móvil con el cable manos libres, nunca me lo meto en el bolsillo y dejé de ir a un parque porque estaba entre ¡¡una estación eléctrica, una antena de tlf movil y una línea de alta tensión!! esto ya me lo dijo el papi antes de leer nada porque a quien se le ocurriría semejante idea de poner un parque infantil ahí.
Bueno y hace tiempo que ya sabeis que desterré compresas y demás por la copa menstrual, detergentes y suavizantes por la ecobola y los productos de higiene convencionales fuera, además de fregar los suelos con vinagre, etc., etc.

Besitos