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Un texto de Laura Gutman para reflexionar
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Un texto de Laura Gutman para reflexionar
Os copio un texto de Laura Gutman que me gustaría que debatíesemos entre todas:
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Nosotros, los depredadores de la cría humana
Las lobas, las perras, las gatas, las vacas, las focas, las elefantas, las leonas, las gorilas, las ovejas, las ballenas, las yeguas, las monas, las jirafas, las zorras y las humanas tenemos algo en común: el instinto de proteger nuestra cría.
Sin embargo somos especialmente sensibles si algo se interpone entre nosotras y nuestros cachorros después del parto: por ejemplo, si alguien toca a uno de ellos impregnándolos de un olor ajeno, perdemos el olfato que los hace absolutamente reconocibles como propios. Si permanecen alejados del cuerpo materno, vamos perdiendo la urgente necesidad de cobijarlos.
Cada especie de mamíferos tiene un tiempo diferente de evolución hacia la autonomía. En reglas generales, podemos hablar de autonomía cuando la criatura está en condiciones de procurarse alimento por sus propios medios y cuando puede sobrevivir prodigándose cuidados a sí mismo sin depender de la madre. En muchos casos va a necesitar de la manada como ámbito de vida, y es la manada que va a funcionar también como protectora contra los depredadores de otras especies o de la propia.
Entre los humanos del mundo “civilizado”, pasa algo raro: Las hembras humanas no desarrollamos nuestro instinto materno de cuidado y protección, porque una vez producido el parto, tenemos prohibido oler a nuestros hijos, que son rápidamente bañados, cepillados y perfumados antes de que nos los devuelvan a nuestros brazos. Perdemos un sutil eslabón del apego con nuestros cachorros. Luego raramente estaremos bien acompañadas para que afloren nuestros instintos más arcaicos, difícilmente lograremos amamantarlos, -cosa que todas las demás mamíferas logran siempre y cuando no hayan parido en cautiverio-, muy pocas veces permaneceremos desnudas para reconocernos, y seguiremos reglas fijas ya sean filosóficas, culturales, religiosas o morales que terminarán por enterrar todo vestigio de humanidad. Si es que a esta altura podemos llamarla como tal.
El niño sobrevivirá. Cumplirá un año, dos, o tres. Seguiremos nuestras reglas en lugar de seguir nuestros instintos. Estimularemos a los niños para que se conviertan velozmente en personas autónomas. Los abandonaremos muchas horas por día. Los castigaremos. Nos enfadaremos. Visitaremos especialistas para quejarnos sobre cómo nos han defraudado estos niños que no son tan buenos como esperábamos.
A esa altura sentimos que estos niños no nos pertenecen. Esperamos que se arreglen solos, que duerman solos, que coman solos, que jueguen solos, que controlen sus esfínteres, que crezcan solos y que no molesten. Hemos dejado de “oler” eso que les sucede. No hemos aprendido el idioma de los bebés, no sabemos interpretar ni traducir lo que les pasa. Cuando estamos ausentes, o incluso cuando estamos cerca -con tal de estar tranquilos- los dejamos completamente expuestos. Entonces puede aparecer el más feroz de los lobos feroces. Ya que en realidad somos nosotros, sus más temibles depredadores.
Laura Gutman
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Nosotros, los depredadores de la cría humana
Las lobas, las perras, las gatas, las vacas, las focas, las elefantas, las leonas, las gorilas, las ovejas, las ballenas, las yeguas, las monas, las jirafas, las zorras y las humanas tenemos algo en común: el instinto de proteger nuestra cría.
Sin embargo somos especialmente sensibles si algo se interpone entre nosotras y nuestros cachorros después del parto: por ejemplo, si alguien toca a uno de ellos impregnándolos de un olor ajeno, perdemos el olfato que los hace absolutamente reconocibles como propios. Si permanecen alejados del cuerpo materno, vamos perdiendo la urgente necesidad de cobijarlos.
Cada especie de mamíferos tiene un tiempo diferente de evolución hacia la autonomía. En reglas generales, podemos hablar de autonomía cuando la criatura está en condiciones de procurarse alimento por sus propios medios y cuando puede sobrevivir prodigándose cuidados a sí mismo sin depender de la madre. En muchos casos va a necesitar de la manada como ámbito de vida, y es la manada que va a funcionar también como protectora contra los depredadores de otras especies o de la propia.
Entre los humanos del mundo “civilizado”, pasa algo raro: Las hembras humanas no desarrollamos nuestro instinto materno de cuidado y protección, porque una vez producido el parto, tenemos prohibido oler a nuestros hijos, que son rápidamente bañados, cepillados y perfumados antes de que nos los devuelvan a nuestros brazos. Perdemos un sutil eslabón del apego con nuestros cachorros. Luego raramente estaremos bien acompañadas para que afloren nuestros instintos más arcaicos, difícilmente lograremos amamantarlos, -cosa que todas las demás mamíferas logran siempre y cuando no hayan parido en cautiverio-, muy pocas veces permaneceremos desnudas para reconocernos, y seguiremos reglas fijas ya sean filosóficas, culturales, religiosas o morales que terminarán por enterrar todo vestigio de humanidad. Si es que a esta altura podemos llamarla como tal.
El niño sobrevivirá. Cumplirá un año, dos, o tres. Seguiremos nuestras reglas en lugar de seguir nuestros instintos. Estimularemos a los niños para que se conviertan velozmente en personas autónomas. Los abandonaremos muchas horas por día. Los castigaremos. Nos enfadaremos. Visitaremos especialistas para quejarnos sobre cómo nos han defraudado estos niños que no son tan buenos como esperábamos.
A esa altura sentimos que estos niños no nos pertenecen. Esperamos que se arreglen solos, que duerman solos, que coman solos, que jueguen solos, que controlen sus esfínteres, que crezcan solos y que no molesten. Hemos dejado de “oler” eso que les sucede. No hemos aprendido el idioma de los bebés, no sabemos interpretar ni traducir lo que les pasa. Cuando estamos ausentes, o incluso cuando estamos cerca -con tal de estar tranquilos- los dejamos completamente expuestos. Entonces puede aparecer el más feroz de los lobos feroces. Ya que en realidad somos nosotros, sus más temibles depredadores.
Laura Gutman
luna06- Cantidad de envíos : 1434
Edad : 48
Localización : lliria (valencia)
Fecha de inscripción : 30/11/2008
Re: Un texto de Laura Gutman para reflexionar
Eli, muy interesante. Este texto verbaliza perfectamente la desconexión que sufrimos (generalizo, ok??) de nuestros cuerpos, nuestra sabiduría interior, nuestro instinto de mamífero y por ende la desconexión con nuestros bebés. Afortunadamente, algunos/as si nos miramos dentro podemos llegar a reconectar con lo que nos arrebataron en un tiempo, cuando nos hicieron creer que el mundo no era tan hermoso y podemos emprender el camino del AMOR hacia nosotros y nuestros hijos y volver a entender que todo es mucho más sencillo cuando evitamos condicionamientos culturales y de otra índole.
Puff, me tengo que ir corriendo, pero es que me has dado en la tecla, jeje.
Besos
Sonia
Puff, me tengo que ir corriendo, pero es que me has dado en la tecla, jeje.
Besos
Sonia
Alax- Cantidad de envíos : 666
Edad : 52
Localización : Móstoles-Madrid
Fecha de inscripción : 27/01/2010
Re: Un texto de Laura Gutman para reflexionar
Ya ves que si somos nuestros propios depredadores.
Lo de lavarlos, cepillarlos, perfumarlos, vaya un protocolo de acabar con todo olor que despierta nuestros instintos, si Jesús me decía que después de parir, la casa se impregnaba de ese olor maravilloso y durante mucho tiempo mis niños olían a placenta me decía.
Y es verdad, sobre todo la cabecita hasta hace no mucho Unai me evocaba, ahora ya tiene un pelo... que ya el "olor a nuevo" va dando paso a otros.
Como os he dicho en alguna ocasión, durante el primer año solo les lavo con agua, ni gel, ni champú, para qué, arrastras con su olor especial, no es necesario, los bebés no sudan como para hacer falta algo más que agua y con la limpieza del culete. Yo hasta que Rubén no ha cumplido casi los dos años no le he echado colonia a él y siempre en la ropa no en la piel, porque yo llevo 4 años sin utilizar ningún perfume y dejé de echarle colonia a Rubén cuando nació Unai. Veo muy importante lo de los olores, para mí el olfato es muy importante y lo tengo muy fino, todo lo huelo.
Y en el tema de forzarle en el desarrollo, la autonomía, pues solo es una manera de hacer que nos desembaracemos de ellos para poder absorvernos en este estilo de vida desenfrenado y de consumo y si criamos de la manera en la que yo lo hago, por poner un ejemplo, todo a la ruina, no venden nada de nada.
Todo es una cadena, consumo, vendernos todo lo habido y por haber, hacernos acudir a las mil y una consultas con los mil y un trastornos y problemas creados por esta forma actual de vivir y el ansia por vendernoslo todo.
Con lo satisfactorio y maravilloso que es parir a tu bebé con toda la naturalidad del mundo y sin que te dirigan ni te intimiden.
Con lo satisfactorio y beneficioso y amoroso que es dar el pecho a tu bebé y olvidarte de todos sus inventos.
Con lo satisfactorio y gratificante que es criar a tus hijos y no que te arranquen de ellos para cumplir una jornada laboral y que otra u otras personas se medio encarguen de ellos, sin recibir el amor a tiempo completo que necesitan, se merecen los niños, se merecen las madres, o sea, que ambos necesitan.
Y podríamos seguir y seguir, pero ahora os toca a vosotras mamis.
Besitos
Lo de lavarlos, cepillarlos, perfumarlos, vaya un protocolo de acabar con todo olor que despierta nuestros instintos, si Jesús me decía que después de parir, la casa se impregnaba de ese olor maravilloso y durante mucho tiempo mis niños olían a placenta me decía.
Y es verdad, sobre todo la cabecita hasta hace no mucho Unai me evocaba, ahora ya tiene un pelo... que ya el "olor a nuevo" va dando paso a otros.
Como os he dicho en alguna ocasión, durante el primer año solo les lavo con agua, ni gel, ni champú, para qué, arrastras con su olor especial, no es necesario, los bebés no sudan como para hacer falta algo más que agua y con la limpieza del culete. Yo hasta que Rubén no ha cumplido casi los dos años no le he echado colonia a él y siempre en la ropa no en la piel, porque yo llevo 4 años sin utilizar ningún perfume y dejé de echarle colonia a Rubén cuando nació Unai. Veo muy importante lo de los olores, para mí el olfato es muy importante y lo tengo muy fino, todo lo huelo.
Y en el tema de forzarle en el desarrollo, la autonomía, pues solo es una manera de hacer que nos desembaracemos de ellos para poder absorvernos en este estilo de vida desenfrenado y de consumo y si criamos de la manera en la que yo lo hago, por poner un ejemplo, todo a la ruina, no venden nada de nada.
Todo es una cadena, consumo, vendernos todo lo habido y por haber, hacernos acudir a las mil y una consultas con los mil y un trastornos y problemas creados por esta forma actual de vivir y el ansia por vendernoslo todo.
Con lo satisfactorio y maravilloso que es parir a tu bebé con toda la naturalidad del mundo y sin que te dirigan ni te intimiden.
Con lo satisfactorio y beneficioso y amoroso que es dar el pecho a tu bebé y olvidarte de todos sus inventos.
Con lo satisfactorio y gratificante que es criar a tus hijos y no que te arranquen de ellos para cumplir una jornada laboral y que otra u otras personas se medio encarguen de ellos, sin recibir el amor a tiempo completo que necesitan, se merecen los niños, se merecen las madres, o sea, que ambos necesitan.
Y podríamos seguir y seguir, pero ahora os toca a vosotras mamis.
Besitos
Invitado- Invitado
Re: Un texto de Laura Gutman para reflexionar
Leyendo estas cosas, es cuanta mas vergüenza me da pertener a nuestra raza.....
Yo tampoco soy de colonias y cuando le echo alguna a Alba, es de lavanda natural y solo en la ropa, pero he empezado a echarsela ahora, la verdad.
El olor de mis hijos es lo mas bello del mundo, me encanta olerle los rizos y el cuello a Alba cuando duerme y a mi hijo su cabeza cuando ve los dibujos....
Ese olor al nacer, el de Alba, lo tengo grabado en la nariz y en el alma, segun me la pusieron en el pecho, la oli, la bese...dios mio, lo que daria por volver a sentirlo.
Yo tampoco soy de colonias y cuando le echo alguna a Alba, es de lavanda natural y solo en la ropa, pero he empezado a echarsela ahora, la verdad.
El olor de mis hijos es lo mas bello del mundo, me encanta olerle los rizos y el cuello a Alba cuando duerme y a mi hijo su cabeza cuando ve los dibujos....
Ese olor al nacer, el de Alba, lo tengo grabado en la nariz y en el alma, segun me la pusieron en el pecho, la oli, la bese...dios mio, lo que daria por volver a sentirlo.
Invitado- Invitado
Re: Un texto de Laura Gutman para reflexionar
es una pena que no sigamos el ejemplo de los demas animales mamiferos, que lo hayamos cambiado, ya que seguro los primeros hombres de la tierra seguirian las mismas pautas que los animales, en realidad es curioso, el porque queremos ser diferentes supongo que el ser superiores a las demas razas animales, la ebolucion etc.... nos ha llevado a todo esto, perjudicandonos a nosotros mismos (nuestros propios depredadores)
tesoro- Cantidad de envíos : 816
Edad : 46
Localización : Alcantera del Xuquer (Valencia)
Fecha de inscripción : 25/11/2009
Re: Un texto de Laura Gutman para reflexionar
A todo esto se le llama antropocentrismo... es una pena. pero hay que ir a la raiz del problema: para dejar de comportarnos así, y que todas las personas podamos ser, parir, alimentar,amar, cuidar, etc de los nuestros debe cambiar muchisimos aspectos de esta sociedad en la que vivimos. Por que aunque cambiemos algunos pocos solo serán parches, (que no por ello poco importantes como el parir en casita por ejemplo) pero solo parches digo y seguiremos sin llegar a ser aquello que alguna vez fuimos UNA ESPECIE MAMIFERA QUE NO SE DISTINGUIA EN ESTAS COSAS DE LAS DEMAS ESPECIES MAMIFEROS.
lo de dar de mamar, ya sabeis, que nuestra especie se basa en aprender de lo que ve, y claro, como ya casi no vemos a nadie dando de mamar delante de nuestras narices pues se nos olvida como hcerlo.
hagamos todo lo posible por recuperar esos valores, por escuchar a nuestro instinto.
lo de dar de mamar, ya sabeis, que nuestra especie se basa en aprender de lo que ve, y claro, como ya casi no vemos a nadie dando de mamar delante de nuestras narices pues se nos olvida como hcerlo.
hagamos todo lo posible por recuperar esos valores, por escuchar a nuestro instinto.
Invitado- Invitado
Re: Un texto de Laura Gutman para reflexionar
Eso, hay que hacer de lo natural algo común
Invitado- Invitado
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