EN PLENA NATURALEZA

Jugar al aire libre es una gran ocasión para avivar la creatividad y la capacidad de observación.

La naturaleza nos ofrece múltiples posibilidades de juego ¡y de juguetes!. Jugar al aire libre es, en sí mismo, liberador y enriquecedor. El aire que respiramos, la brisa que nos envuelve, el sol y la sombra, el crujir de las hojas bajo nuestros pies, la recolección de frutos y semillas... el otoño se nos brinda como fuente de juego y diversión.

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Cada estación nos muestra distintas opciones. Ahora es momento de identificar y contar los diferentes colores de las hojas ¿cuántos verdes hay? ¿o son marrones y rojizos? y los sonidos..¿ oímos a los pájaros? ¿qué deben estar diciéndose? ¿intentamos imitarles ? ¡qué difícil! ah.... y el placer de saltar sobre las hojas secas...¡cómo crujen! habéis probado a esconderos debajo? ¿y a quien deben corresponder esas huellas?...

Los que seáis mas atrevidos podéis aprovechar para salir después de una buena lluvia. Ponerse el impermeable y las botas de agua ya es, en sí misma, una actividad extraordinaria para los niños. No olvidéis coger una toalla, e incluso ropa de recambio, así podréis disfrutar mucho más relajadamente de todas esas acciones habitualmente prohibidas, que en ocasiones pueden convertirse en placenteras actividades de juego compartido en familia: saltar charcos o chapotear en ellos, mover las ramas mojadas de los árboles y hacer que la lluvia reaparezca por arte de magia, construir ríos y presas para unos troncos que se deslizan...

Acercando nuestros hijos a la naturaleza desarrollamos su curiosidad, motor de aprendizajes: aprenden a jugar de manera creativa y, por supuesto, les enseñamos a respetarla y quererla. Es una excelente actividad para ellos y también para nosotros, ya que, en el bullicio propio de los juegos infantiles, incluso los conflictos se viven más relajadamente.

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Antes de salir pensad qué os llevareis. El kit de explorador incluye calzado seco para la vuelta y una bolsa para los tesoros encontrados.
Esta vez no es necesario ir cargados con juguetes. La naturaleza atesora muchas posibilidades creativas.
Tener pensados algunos juegos puede ser útil: las cuatro esquinas usando troncos, las mil y una versiones del escondite, abrazar árboles...

La naturaleza también nos regala materiales con lo que jugar en casa: las hojas caídas pueden decorar las ventanas de la habitación, las cortezas o las cáscaras siguen siendo magnificas para haber barquitos...

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Articulo extraído de la revista: "El Mundo de tu Bebe", firmado por Inma Marín, Especialista en juego, juguetes y educación, preside IPA en España (Asociación Internacional por el Derecho de los Niños a Jugar) y es Asesora Pedagógica de la Fundación Crecer Jugando.

Gracias preciosa!!!
Jajajaj sera por emoticones

siii NOEMI me encantan los emoticones!!!!

Claro que sí, hay que salir a la calle aunque caigan chuzos de punta, que nos dé el aire.
Nosotros cuando íbamos al pueblo, para empezar íbamos en moto, así que el aire nos dió a base de bien y la lluvia, la nieve, el granizo, de noche, de día, con un frío terrible y con un calor que te cagas. Así que nos quedará siempre en el recuerdo las innumerables rutas y viajes en Vespa (nuestra Pepa, como la llamamos) y hemos subido a la sierra en ella lloviendo, íbamos con nuestros trajes de agua y nuestros cascos, siempre preparados y nos lo hemos pasado genial, pero sobre todo ahí plasmado todas esas experiencias.
Ahora, aunque llueva o haga frío, no perdono salir a la calle con los peques, les llevo en el carrito tandem, pongo el protector de lluvia y yo la chaqueta de agua, capucha y ale a andar, que me gusta un montón y ahora, si no llueve, que suelen ser muuchos días, Rubén va de mi mano o agarrado al carro y su asiento para la compra y así va haciendo piernas, además que no se cansa y le gusta andar un montón, nos va a salir montañero fijo, ¡qué bien! así que se vaya preparando que Jesús le va a meter unos tutes serranos que se va a enterar, a él y a Unai cuando crezcan, os lo dice una por experiencia, que a mí me quitó toda la carbonilla que tuviera acumulada en las articulaciones
Y hablando de cositas que hacer en plena naturaleza, Rubén lo goza tirando piedrecitas a la garganta, que ya le estuvo enseñando Jesús y que no había manera de desengancharle.
Y el otro día me pide la pelota en el parque y se pone a jugar a darle patadas, que no veais qué gracioso está y lo bien que se le da ya, además hacía regateos y todo me partí de risa. Lo que se fijan estos peques. Ya tengo un hombrecito.
Gracias por la info Yoli y por hacerme recordar muchas cositas, que podría seguir y no parar, pero es que si no os van a bailar los ojillos de tanto leerme, por cierto, vaya charla que os he echado y me extraño, jeje
Un besote.

me gusta mucho lo que nos has contado ANABELEN, yo tambien tengo muchas experiencias en la naturaleza, somos muy montañeros. un besito.

ya te digo VANE, pero en nuestras manos está que nuestros hijos puedan disfrutar igual.

besitos.

Qué estupendo Vane, eres una afortunada
Qué bien leerte, se te echaba de menos hermosa.
Un besote para tí y tu Breixo.