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DEPRESION POSPARTO

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Mensaje por Invitado Vie Nov 06, 2009 9:07 pm

DEPRESION POSPARTO

La interferencia en el equilibrio Bioquímico y hormonal de la parturienta se realiza de múltiples maneras, tanto por la forma en que el trato que recibe influye en su estado emocional, como a través de la administración de hormonas y drogas para manipular el parto. Después de dar a luz, la mujer debe pasar por un período de regulación hormonal y recuperación física. Pero, si su equilibrio hormonal ha sido alterado artificialmente, o el parto se ha vivido penosamente, la experiencia emocional y espiritual del mismo se ha anulado, la mujer se ha quedado con la sensación de haberse perdido algo y no ha podido establecer vínculo con su bebé, es normal que recuperar el equilibrio le lleve más tiempo. Todo esto y que la depresión posparto se aun fenómeno de esta sociedad industrializada, hace preguntarnos hasta qué punto este trastorno se atribuya a un “bajón de hormonas” y no los efectos secundarios del parto medicalizado. Detrás de muchos diagnósticos de “depresión posparto”, en realidad se oculta un cuadro de estrés postraumático.
Con frecuencia, se promociona la cesárea o la epidural como la gran solución al dolor del parto. De este modo, la tentación de evitar el dolor sin tomar en consideración cuáles son los factores que lo incrementan puede convertirse en una trampa, en la que el dolor solo se pospone y cambia de forma.
Por otra parte, la vivencia del parto, guiado por el cerebro arcaico, que además, es donde están registrados los recuerdos más primitivos, produce en muchas mujeres un estado de conciencia especial que facilita la reconexión, cuando no la regresión, con esa fase primordial de su vida, haciéndoles revivir de alguna manera las emociones sentidas en su propio nacimiento. Las experiencias penosas o deprimentes del propio nacimiento pueden de esta manera aflorar a la superficie sorpresivamente en el momento de dar a luz, contribuyendo a crear una sensación de tristeza, abatimiento o incapacidad si este ha sido traumático… lo que no es infrecuente.
La experiencia del parto puede ser un revulsivo y despertar conflictos más o menos antiguos de la madre, que se enfrenta así al parto con el bagaje de su propia situación emocional, o también despertar conflictos derivados de la nueva situación familiar y de pareja. El problema es cuando ese “tránsito del alma” se realiza en las condiciones en que habitualmente transcurren los partos en los hospitales. La psicóloga Laura Gutman califica el parto y puerperio como una etapa de auténtica “desestructuración emocional”, una etapa transitoria pero que puede complicarse cuando el parto ha sido una experiencia de desconexión y sumisión.

En la medida en que atravesemos situaciones esenciales de rompimiento espiritual, sin conciencia, anestesiadas, dormidas, infantilizadas y asustadas… quedaremos sin herramientas emocionales para rearmar nuestros “pedacitos en llamas” (Laura Gutman, en su obra La maternidad y el encuentro con la propia sombra).

Esto es algo que se conoce en la maternidad de Pithiviers, donde existe un espacio para la comunicación y día a día se constata que cuanto un estado depresivo se anuncia, a menudo afloran conflictos despertados por la regresión a la primera infancia experimentada por la madre durante el parto. A menudo, las madres se encuentran hablando con sus propias madres de conflictos antiguos, y concretamente, de su propio nacimiento. El hecho de hablar, de hacer un acercamiento, de saber que no se trata de la realidad de hoy, sino de la reemergencia de una vivencia arcaica, tiene un efecto liberador considerable. Y a menudo la madre, en ese momento, reencuentra a su bebé, lo mira y lo toca como para excusarse con él y restablece el vínculo. “Hace falta haber vivido algunas de nuestras visitas a las habitaciones para sentir este momento de intensa emoción, en el que un segundo nacimiento tiene lugar”, concluye el doctor Accolet.
El posparto es un período de grandes reajustes, que demandan un esfuerzo de adaptación extra de la madre, que no solamente tiene que recuperarse físicamente de sus intervenciones quirúrgicas (cesárea o episiotomía), sino también adaptarse a una nueva situación familiar, una redefinición de los papeles de los miembros de la familia, lo que no siempre es fácil.
Esto se agudiza por el tránsito que la mujer está obligada a hacer del papel secundario y pasivo que desempeña en el hospital. Tanto durante el parto como los días subsiguientes, la madre es tratada en cierto modo como una incapaz, de modo que cuando vuelve a casa, es fácil que siga sintiéndose así. A ello se une la soledad de la mujer dentro de la familia nuclear actual, muy alejada de los antiguos grupos de convivencia que incluían a otros familiares y que de tanta ayuda resultaban en momentos como éste. Es un hecho que en las sociedades desarrolladas, la mujer carece del apoyo psicológico y social que antaño proporcionaban familiares, amigas o vecinas. Hoy día, éstas trabajan, las ciudades son grandes y despersonalizadas y el entorno social no favorece encuentros con otras mujeres en circunstancias similares.
Una preparación para la maternidad y paternidad real debería incluir como objetivo prioritario el bienestar emocional de la madre y la pareja y poder encontrarse con otras personas en igual situación. Los grupos de apoyo a la lactancia cumplen esa función. Las visitas al ginecólogo o al pediatra, en cambio, de poco sirven para enfrentarse a las dificultades y cuestiones que surgen durante la crianza.
La necesidad de apoyo emocional de la mujer en esta etapa es mayor que nunca y es determinante este apoyo y orientación durante el embarazo, parto y posparto.

Invitado
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DEPRESION POSPARTO Empty Re: DEPRESION POSPARTO

Mensaje por Admin Sáb Nov 07, 2009 1:36 am

Gracias por la info Ana!

Yo tuve un embarazo muy bueno y el parto rápido sin complicaciones; el problema lo tuvimos como explican en el texto cuando llegamos a casa y el hecho de tener a gran parte de la família dando el coñazo en vez de hechando una mano, les debo mucho a mi hermano y mi madre que estuvieron en todo momento con nosotras mientras Sergio trabajaba.

Pienso que se deben respetar los horarios y dejar descansar tanto a la mami con al bebé ya que de ello depende el éxito de muchas cosas entre ellas la LM que en mi caso terminó pronto por lo que os he contado. Aunque no llegué a sufrir una depresión si que me sentí apenada, triste y agobiada durante los primeros meses y empezé a disfrutar de mi niña cuando cumplió medio añito Crying or Very sad

Un abrazo
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